Hoy 21 de diciembre entra el invierno y aunque la temperatura que tenemos es casi primaveral, unos 18 grados a los seis y media de la tarde , hora en que escribo esta entrada, me parece un buen momento para hacer balance del año que está finalizando.
Han sido doce meses duros; durante la mayor parte de ellos he tenido que aguantar dolores en la rodilla derecha que me limitaban los movimientos y me hicieron pasar un verano duro. Después de tanto aguantar no me quedó más remedio que rendirme y pasar por el quirófano el 27 de septiembre para que los doctores Busto y Folgueras me colocasen una prótesis. Ahora casi tres meses más tarde sigo con dolores de otro tipo, en el pie derecho y en la misma rodilla si estoy mucho tiempo sin moverme; parece que es una situación normal consecuencia -me dicen- de la reacción del propio organismo a un elemento extraño y que con el tiempo desaparecen; Confío que así sea.
Tengo pendiente la revisión cardiaca , tengo fecha para primeros de febrero, el cardiólogo Baragaño tiene mucho éxito y tarda casi dos meses en dar cita; hay días en que parece que la arritmia me aumenta y he decidido aumentar la dosis del medicamento que tomo para regular el ritmo cardiaco.
Filo sigue con su lento deterioro, silenciosa y sin control de sus necesidades , aunque sin quejarse de nada. Las asistentas cubanas la tratan bien, una sigue por Cuba tratando de traer a su hijo y familia para España; hace más de un mes que se fue y no sé la fecha exacta de su vuelta. Su sustituta es más silenciosa pero no hay queja; la de por la mañana que es la que tiene que cocinar, lo hace bastante peor que la que está fuera; tengo que aceptar que su forma de cocinar no me gusta nada.
La enfermedad también ha decidido visitar a mis hermanos Lele y Pepe; a la primera con un cáncer de ovarios a tratamiento con quimio desde hace tres meses y sin mejoría notoria y Pepe con desprendimiento de retina con lenta recuperación con la visión muy limitada y de baja laboral.
Resumen :año 2022 malo en lo referente a la salud que es lo más importante.
Las pocas alegrías del año me las aportaron los nietos: Carlota acabando ya medicina , en sexto año y en el pre-MIR ; ergio en Baeza, en la Academia de la Guardia Civil, oposición que ha preparado en unos meses y con abandono del derecho; Carmen en primero de medicina( y operada también de una rodilla) que parece le gusta y Covi de regreso de USA, donde no tuvo suerte con la familia en la que estuvo cinco meses, pero espero que con buen inglés.
En Noviembre he empezado a escribir un Diario( que no es tal porque no puedo escribir todos los días) con la finalidad de tener la mente ocupada y no atrofiarme.
Confío que el 2023 sea un poco mejor que este 2022
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