Ha sido un año duro para muchos, entre los que me encuentro; no sólo en la vida personal, que no hay que hacerla pública, pero sobre todo en la vida de cada uno de los españoles por culpa de la pretendida república catalana.
Como era previsible la aplicación del art. 155 de la Constitución no ha servido para nada y en el 2018 tendremos más de lo mismo, si no es peor. No resulta arriesgado vaticinar que habré que volver a aplicar el dichoso artículo de forma indefinida y controlar los gastos de Cataluña; no es admisible que con los impuestos de todos se sigan manteniendo instituciones destinadas a fomentar la independencia.
Por lo demás todo será igual: Los políticos seguirán a lo suyo, subiendo impuestos, congelando pensiones e incrementando sus retribuciones, sin asumir la más pequeña auto critica; les da lo mismo perder 8 diputados, la culpa es de los otros.
Cuando analizas la actuación de Rajoy, Soraya Saenz de Santamaría, Sánchez, Iceta, Iglesias, etc.etc, llegas a la triste conclusión de que el resultado no puede ser distinto del que ha sido y los españoles a seguir sufriendo.
Nada deseo más que equivocarme y que el 2018 sea distinto de este que ya se muere.