La difusión de que el ex-ministro de Hacienda del PP, durante el mandato de señor Aznar ,- el señor Rodrigo Rato- tenía la misma afición que su partido y de otros miles de notables españoles, que no contentos con su riqueza, quería más y la mejor manera y la más cómoda, era ocultar sus bienes a la hacienda pública. El mal ciudadano Rato- como Blesa, los Pujol, los Botín- no contento con su sueldo en el FMI y en los varios consejos de Administración de diversos Bancos( Lazard y Zapatero), desconocía- a pesar de ser economista- el principio básico de la solidaridad como base de una de una Hacienda Pública; lo querían todo para ellos, el pago de impuestos, para el pueblo llano.
Para que todo quedase a salvo el señor Montoro con el beneplácito del señor Rajoy, aprueba una amnistía fiscal para que el defraudador se libere- con solo pagar el 10% de los intereses de la cantidad defraudada- de una sanción e incluso de la cárcel.
Y cuando los españoles queremos saber quiénes han sido todos los defraudadores la respuesta es siempre la misma: no se pueden hacer públicos los datos fiscales personales de las personas porque lo impide el art. 94.5 de la Ley General Tributaria y la Ley de Protección de Datos Personales.
En su ignorancia uno se pregunta ¿pueden las normas ser utilizadas para favorecer al que con plena voluntad se dedica a incumplirlas, para obtener un beneficio ilícito?; pues vaya estado de derecho en el que el delincuente queda impune.